lunes, 12 de mayo de 2008

RADIACTIVIDAD EN HUELVA

Greenpeace ha pedido al Parlamento Europeo que declare urgentemente las balsas de fosfoyesos de Huelva como "instalación radiactiva". Según mediciones realizadas por la organización ecologista, en la zona se registran niveles de radiactividad 27 veces superiores a la dósis máxima permitida por la legislación vigente para todo un año. En estas balsas, próximas a Huelva, se vertieron miles de toneladas altamente contaminadas radiactivamente por Cesio-137 procedentes del accidente de la planta de Acerinox en 1998. Al vertido anual de 2,5 millones de toneladas de fosfoyesos a escasos 500 metros de la ciudad de Huelva, se suma el vertido de ácidos débiles, residuos tóxicos y peligrosos cargados de metales pesados (arsénico, cadmio, plomo...) y de naturaleza radiactiva, que han sido transportados y arrojados ilegalmente tanto a las balsas de fosfoyesos como a las Minas de Riotinto desde el año 1987. Según Greenpeace, estos residuos "son vertidos de forma descontrolada en los tramos altos de los cauces de los ríos Tinto y Odiel", hecho este comprobado y documentado recientemente por la asociación.

Para que la Junta de Andalucía tuviera conocimiento de la situación, Greenpeace ha llevado a la zona al europarlamentario español David Hammerstein, encargado de tramitar las denuncias de los ciudadanos por el incumplimiento de la normativa comunitaria. Desde entonces, no ha dejado de presionar a las administraciones para que tomen medidas sobre las balsas, a las que exigen "que restauren la catástrofe medioambiental producida por las 120 millones de toneladas de fosfoyesos vertidos por las empresas Fertiberia y Foret en las marismas del Tinto".
Sin embargo, y según denuncia Greenpeace, "a día de hoy las Consejerías de Salud y Medio Ambiente todavía no han tomado ninguna medida" para solucionar el problema.
Los onubenses soportan desde hace años altos niveles de contaminación procedente de la actividad industrial afincada en la ciudad de Huelva. La salud de los vecinos así como el paraje natural de las marismas del río Tinto y Odiel son los principales afectados.


Según el informe del CRIIDAD, sólo con permanecer nueve minutos al día durante un año en la zona de las marismas, desde Palos de la Frontera a Huelva, el riesgo de padecer enfermedades como el cáncer se dispara, lo que explica que Huelva registre la mayor tasa de mortalidad por cáncer de toda España.

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